23 septiembre 2012

El autógrafo de Don Mario


Acabo de regresar de la Feria Nacional del Libro que se celebra todos los años a finales del mes de Septiembre en la esplanada del National Mall, en Washington DC. Hace un par de años el verano se alargó y hizo un calor de mil infiernos. La edición del 2011 resultó pasada por agua (de lluvia). Pero este año el clima quiso poner broche de oro a una edición inolvidable. En esta ocasión me acompañaron mi esposa y mis dos retoños, a quienes estoy acostumbrando desde chicos a asistir y disfrutar las ferias de libros como si fueran eventos especiales, que lo son. Pero la de Washington de este año se lleva la palma por dos razones. Más bien dicho, por dos invitados especiales. El primero es un dibujante del Noveno Arte que descubrí gracias a la generosidad de los Reyes Magos el invierno pasado. Su nombre es Craig Thompson. Si algún día tienen al alcance de su bolsillo su "Blankets" o su "Habibi", no se lo piensen dos veces. Además de ser dos obras de arte por sus magníficos dibujos, son un derroche de sentimientos casi sin parangón en el mundo de la Novela Gráfica moderna. Y además el Sr. Thompson es encantador al natural. Se le ve super buena gente. Y nos ha escrito/dibujado unas dedicatorias a mi (en Blankets) y a mi esposa (en Habibi) muy especiales.

El otro invitado a la feria de este año ha sido Don Mario. Sí. El premio Nobel. Es verdad que hemos tenido que esperar tres horas en la fila para asegurarnos un lugar entre los pocos elegidos para obtener su firma. Pero con el día tan fabuloso que hacía, la felicidad que nos embargaba tras haber conseguido la dedicatoria de Craig Thompson, la emoción de poder dirigir unas palabras a Don Mario agradeciéndole por su obra, y el bocata de lomo y pimientos que mi esposa había preparado, la verdad es que la espera se ha hecho más bien corta.

Los organizadores anunciaban que Don Mario solo firmaría un libro por persona. Felizmente yo había venido con refuerzos. Eramos cuatro. A mi hijo mayor le dí la primera edición del Premio Planeta de 1993 "Lituma en los Andes". Decidirme qué libro darle al benjamín fue fácil: la infame edición en miniatura Crisol XXI de "Los Jefes". A mi esposa le dí la primera edición de "La Guerra del Fin del Mundo", que es mi novela preferida. Y a mi ya saben qué libro me reservé. Las Obras Escogidas de Don Mario, de la Biblioteca de Autores Modernos de la Editorial Aguilar. Don Mario no se inmutó al firmar los tres primeros libros que les mencioné, a pesar de ser primeras ediciones. Pero al ver mi Aguilar me dijo: "Este libro es muy antiguo". Y yo le deslicé una mentirijilla: "Me lo regaló mi abuelo...". Luego me arrepentí de mi falta de reflejos. Debería haberle dicho la verdad. Ese libro lo compré en una libería de segunda mano en Perú. Por unos 10 dólares. A saber qué precio tendrá ahora con la firma de Don Mario. La pueden ver en la foto que acompaña esta entrada de Blog.

Otoño de 2012; Washington DC

12 febrero 2011

La biblioteca familiar de Ana María



Todos mis aguilares tienen una historia de búsqueda que contar. A veces la historia está directamente relacionada con los volúmenes en cuestión. Pero también hay determinados títulos cuya búsqueda no fue especialmente curiosa pero que más adelante el destino los volvió a poner a tiro, justificando su inclusión en este anecdotario. Este fue el caso de las Obras Completas de Goethe.

Ana María es una señora inteligentísima, cultivada y detallista. Los libros que me regala siempre los acompaña de un paquete de ex-libris. Ana María viene de una familia colombiana con solera. Y cuando digo esto no me refiero a solera económica o aristocrática, que ni lo sé ni me importa, sino a solera bibliofila. Ana María me contó en un mes de diciembre saliendo del Palacio de Nariño en Bogotá que ella y sus hermanos recibieron en herencia la biblioteca que su abuelo inició y que su padre consolidó. También me dijo que como ninguno de sus hermanos tienen espacio para guardar tantos libros, ni la devoción de su padre y abuelo para acumularlos, regalan libros a gente que sabe apreciarlos. Aquel mismo día le confesé mi pasión bibliófila y Ana María me regaló varios tomos de las obras completas de José Pereda, Ortega y Gasset, Larra y Espronceda, en ediciones del siglo XIX e inicios del XX. También me regaló una antigua Historia de la Literatura Española que traía unas anotaciones de su padre en lápiz en la hoja de cortesía de la contraportada sobre sus autores clásicos preferidos. Le dije a Ana María que dichos autores coincidían con los que mi profesor de literatura de secundaria me había enseñado a descubrir y a disfrutar, y que eso me había hecho reflexionar sobre la bella tarea de iniciación que me quedaba por delante con mis hijos. Cuando esto le conté, ella me dijo que estaba feliz de saber que los libros habían llegado a buen puerto. También me mencionó que en la biblioteca que fue de su abuelo están los tres tomos de las Obras Completas de Goethe, entre otras. Los míos los compré a un vendedor uruguayo hace años.
Yo me muero de ganas de conocer lo que queda de la biblioteca de la familia de Ana María. Imagínense lo que pueden haber acumulado dos generaciones bibliófilas...
Invierno de 2011; Costa Este de EEUU.

05 febrero 2011

Miguel o El Negociante de Libros



Hoy les voy a hablar de Miguel, el librero que conocí en una ciudad de cuyo nombre no quiero acordarme...porque si me acordara y alguno de Uds. pasara por allí a arrasar con los aguilares de Miguel se acabaría la ilusión que siento cada vez que entro en su librería.

Miguel tiene una librería de viejo en un barrio castigado de una ciudad que parece querer renacer después de "añales" sumergida en la inseguridad, el caos, la suciedad y la mezquindaz. Su último alcalde parece que hizo un buen trabajo y hoy da gusto pasear por su casco viejo. Incluso por las calles donde Miguel tiene su negocio. Digo negocio porque Miguel no se metió a librero por amor a los libros. Cuando, con el tiempo y unas compras de por medio, empecé a intimar con él me contó que hace años le había surgido la oportunidad de comprar todo un almacén lleno de libros de segunda mano y, pidiendo dinero prestado a familiares y usureros, se decidió y montó su librería. Lo que voy a decir a continuación sé que va a molestar a más de uno pero me importa un comino: Miguel no tiene ni un ápice de la arrogancia que tienen los libreros de viejo tradicionales porque se metió a vender libros para ganarse el pan nuestro de cada día. No es selectivo a la hora de vender. Es generoso en la conversación sobre libros. Los vé como artículos de venta, no como títulos nobiliarios o prebendas a repartir como monarca todopoderoso al comprador que le cae bien. Eso es lo que me gusta de Miguel. Eso y que piense que lo que vende de un libro es su contenido, no su continente. En otras palabras: Miguel es capaz de venderte más cara una edición moderna de cualquier autor que una vieja edición de lujo de obras completas de la Editorial Aguilar. Es más, te vende al mismo precio una edición de lujo que una edición corriente de esa misma editorial. A Miguel le he comprado las ediciones de lujo de Poesía Española (vol. II) y Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma, o las obras completas de Erasmo, entre otras, por menos de 30 dólares cada una. También le he comprado la primera edición de los siete tomos de Teatro Español de Sainz de Robles por menos de 10 dólares cada volúmen. A Miguel lo visito cuatro o cinco veces al año, siempre a la carrera, cuando mi trabajo me permite una escapadita a última hora de la tarde. Pero de pocos lugares en el mundo salgo siempre con una sonrisa de oreja a oreja como de la líbrería de Miguel. Y no solo por el precio que pago por los libros. Aunque les cueste creerlo.


Invierno de 2011; Costa Este de Estados Unidos.

07 mayo 2010

Los descartes de las bibliotecas




La institución para la que trabajo desde hace un año tiene una biblioteca con una importante dotación de literatura en español. Hasta el martes pasado yo había visitado solo una vez esta biblioteca, durante la semana de mi instalación en la hermosa ciudad de la costa este de EEUU donde resido, y en aquella ocasión lo hice para utilizar una de las computadoras de libre acceso al público y para imprimir un par de mapas de la ciudad. Luego, ya saben lo que ocurre, andas todo el día hasta arriba de trabajo y sin opción a darte una escapadita para descubrir más a fondo los secretos de esta biblioteca. El edificio donde trabajo, y donde está la citada biblioteca, tiene un par de entradas: una al norte y otra al este. Yo acostumbro a entrar por la primera. Pero el martes pasado, casualidades de la vida, me tocó entrar por la puerta oriental. Esto me obligó a pasar por delante de la biblioteca. A esas horas todavía estaba cerrada. Echo un vistazo goloso a través de los vidrios y descubro en uno de los carritos donde la gente deja los libros que lee en la sala de lectura de la biblioteca para que bibliotecario los devuelva a su estantería correspondiente siete hermosos aguilares de la colección joya y tres de la colección crisol literario. Desde fuera no acierto a leer los títulos pero me prometo a mí mismo hacer una segunda visita a la biblioteca cuanto antes. Ese mismo martes, a media mañana, me tocaba salir de viaje a la Isla Española por motivos profesionales. Pero antes de irme al aeropuerto me dejo caer en la biblioteca y le pregunto a la bibliotecaria que cómo puedo hacer para sacar esos libritos tan bonitos de la editorial aguilar que están en el carrito. Y el hada me responde: "son libros de descarte. O sea, de esos que no lee nadie desde hace un montón de años y que ocupan un espacio precioso en esta biblioteca que no deja de recibir nuevos e interesantísimos libros que no sabemos donde ubicar". Así que me dice que puedo quedarme con los que quiera. Ni corto ni perezoso, relleno mi mochila con todos los que había en el famoso carrito de descarte. Los siete joyas eran los volúmenes 2, 5-9 de las obras completas de Wenceslado Fernández Florez. Para los entendidos en aguilares joya: el volúmen 5 es donde viene la obra del Bosque Animado, la de la película del bandido Fendetestas que protagonizó Alfredo Landa y que yo me leí durante mi exilio londinense a principios de los 90, y los volúmenes 6-9 que son los más difíciles de encontrar de este autor, porque la tirada fue bastante limitada al no corresponder a las obras más conocidas de Wenceslao. Todo en esta vida tiene un pero: en este caso las típicas marcas de biblioteca afean lomo, cortes e interior. Pero a nadie le amarga un dulce, sobre todo cuando es regalado.

Primavera de 2010. Costa Este de EEUU.

24 abril 2010

Las ferias de libros usados en EEUU




Quería comenzar mi descripción de peripecias en la búsqueda de "aguilares" con la que hasta el día de hoy ha sido mi adquisición cinco estrellas. Y para ello tengo que hablar de las ferias de libros de segunda mano que se organizan en Estados Unidos cada mes de abril. Estas ferias están generalmente organizadas por asociaciones de amigos de bibliotecas o colegios públicos. Se nutren de donaciones de libros de socios y familiares de éstos. Las hay para todos los gustos y colores. Hay dos cosas que sorprenden: lo baratos que son los libros y la cantidad que hay para vender. Estas ferias suelen tener una duración de cuatro días. Comienzan los viernes, con una sesión de venta solo para socios. El sábado es cuando dan opción al resto de los bibliófilos y lectores. Es genial porque son ferias muy familiares. Es increible lo que les gusta leer en EEUU. No dejan de maravillarme estos "gringos". El domingo es el día más interesante: todos los libros que sobreviven a la purga del sábado están a la mitad de precio. Y el lunes es la repera limonera: por unos 10 dólares te puedes llevar a casa todos los libros que quepan en la bolsa que traes a la feria. Obviamente los mejores se venden los tres días anteriores, sobre todo el domingo. Desde luego que con esos precios en Estados Unidos no lee el que no quiere...
A lo que iba: la adquisición de "aguilares" de mi vida (hasta ahora). Me dejé caer con mi esposa y mi prole un domingo en una de estas ferias en una pequeña ciudad de la Costa Este. Todo está súper organizado. Cuando entras te dan un plano con la ubicación de todas las secciones. Dejé a los chicos en la sección de comics, a mi esposa en la de lenguas extranjeras, y yo me fuí directo a la de colecciones.
Atentos al dato: por 40 dólares me agencié los seis tomos de las obras completas de Dickens (Obras Eternas, sí). Segunda y tercera ediciones. En piel roja. Tres de los seis tomos tenían los cantos decorados. Los libros estaban impecables.
Sigo: había otros tres lotes de "aguilares". Los tres eran de la colección del Lince (Inquieto y Astuto). Algunos encuadernados en plástico rojo y otros en símil cuero, también rojo. Para resumirles: de estas colecciones me llevé a casa 53 libros por 140 dólares. Han oido bien: menos de tres dólares por libro. Entre los libros estaban los 15 tomos de la colección completa de obras de Agatha Christie, los 4 tomos de las novelas favoritas de Hitchcock, las obras completas de Poe, Cuentos y Novelas de aventuras de Conan Doyle, etc, etc, etc. Solo había una novela que tenía el lomo rajado en la base y otra que tenía una decoloración por haber estado expuesta a la luz del sol. El resto, como nuevos. La mayoría incluso traían los marcapáginas de papel donde venía el listado de obras.
Para rematar la jugada les cuento la última sorpresa agradable de este inolvidable día: me fuí a la sección de novelas en lengua extranjera y encontré por dos dólares el primer tomo de la colección Joya de cuentos de Chejov (Ed. Aguilar) y por cinco dólares la primera edición de la guía de viaje del País Vasco de Pío Baroja (Ed. Destino). Sí, la que trae los mapas de las tres provincias vascongadas, Navarra, y País Vasco francés.
Todavía sigo sin creerme ese golpe de suerte. Esto no se repite ni de coña. Lo sé.
Alucino cuando veo toda esta colección en mis estanterías. No puedo evitar una sorisa picarona. No hay nada como comprar a alguien que no sabe lo que está vendiendo.
Primavera de 2010. Costa Este de EEUU.

19 abril 2010

Lista de libros publicados por Editorial Aguilar



Antes de hablar de cómo fui tomando contacto con mis amigos "aguilares" deben conocerlos a todos. Ahí les adjunto el vínculo para acceder al listado completo. Al menos el conocido hasta el día de hoy. Nunca se sabe lo que uno puede encontrar en un mercadillo callejero, o en una biblioteca privada en una mansión decrépita...
Primavera del 2010. Costa Este de Estados Unidos.

Tolle, Lege. La búsqueda del placer.

Este blog nace en el mes de Abril de 2010, apenas unos días después del 79 aniversario de la proclamación de la República Española, y poco antes de la celebración del Día Mundial del Libro. Aunque a veces hablaré de escritores, este no es un blog literario. El elemento central del blog es la búsqueda del libro como artículo material. Como elemento fetichista si me apuran. Mi intención es ir compartiendo con Uds. los caminos transitados para encontrar algunos de mis preciados "aguilares". Contaré cómo han sido las aventuras y desventuras vividas para acrecentar mi colección personal de la legendaria Editorial Aguilar. También incluiré anécdotas relativas a otras inmortales editoriales como Plenitud, Biblioteca Nueva, Afrodisio Aguado, etc. Lo único que no voy a compartir nunca es la ubicación precisa de los lugares (librerías, puestos callejeros, bibliotecas, clubes, particulares, ferias, etc) donde tuvieron lugar estas adquisiones, donativos, trueques y rescates. Los que conocen los "aguilares" saben de sobra que no podía bautizar de otra manera este blog: Toma, lee. Tolle, lege. Ya saben, era el lema que aparecía al lado del emblema de la editorial. Este blog se centrará más en las peripecias del Tolle más que en el placer del Lege.


Primavera del 2010. Costa Este de Estados Unidos.